REFLEXIÓN POSITIVA


REFLEXIÓN POSITIVA

Ante la actual situación social que vivimos, en que predominan las inquietudes y desánimos, con comentarios –tanto en medios de comunicación, tertulias y analistas, como en el convivir de una gran mayoría ciudadana- sobre ese emerger diario de casos de corrupción en tantos sectores y niveles de nuestra sociedad y, por otro lado, la aparición de grupos que, con apariencia en sus inicios de intenciones reivindicativas dignas, proclamando la corrección de tantas fechorías, van degenerando paulatinas a métodos y objetivos improcedentes e intolerables; ante tal situación, digo, se hace necesaria una reflexión.

Cierto que conmueve y conduce a la rabia a los más lenes espíritus, ese constante afloramiento de nuevos escandalosos casos que parece no tener fin, hasta el punto de inundar nuestros ánimos de la más negra perspectiva, llevándonos a la  añoranza de los pasados años en que vivíamos con alegría y optimismo el tan campaneado “Estado de bienestar” pero, si examinamos, todos estos casos que ahora se descubren, emanan precisamente, en su mayoría, de aquella bendecida época en que, felices, vivíamos ajenos a la carcoma que nos estaba horadando. Las obras y construcciones, como un sinfín de negocios más, eran un manantial copioso de beneficios que permitían la compra de voluntades y conciencias en aras de un mágico medrar, aunque, nuestro “Bienestar” nos mantenía indiferentes a aquella corrosión. Vemos que se están revisando casos de hace hasta dieciséis años que,  como otros muchos – a pesar del popular conocimiento- dormían el procurado olvido de la justicia.

Sabemos –o tememos por experiencia-escarmiento– que muchos casos bien conocidos y aireados en su día, seguirán graciosamente olvidados y ocultados –quizá para siempre- pero, el hecho de que estén siendo considerados, revisados y juzgados muchos de ellos, lejos de asustarnos, debería significarnos que algo está despertando en favor de esa desintoxicación que tan urgentemente necesitamos. Es evidente que, si ahora se están destapando y juzgando los delitos que entonces se cometieron, algo habremos mejorado. En principio, servirá al menos, pienso yo, para alertar y reprimir la comisión de nuevos chanchullos.

En cuanto a los grupos que, como decíamos, pretenden resolver los comentados males por medios orientados a la implicación de la sensibilidad popular, y aparte los comportamientos incorrectos y peligrosos en que a veces degeneran, no cabe duda de que influyen en la motivación y responsabilidad de la clase gobernante.

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